sábado, 14 de mayo de 2011

Mientras las estelas de los vuelos de corta/larga distancia se van desvaneciendo, yo te absorbo. Te saboreo. Degusto tu amargor mientras me río de mi lengua enmohecida. Mientras el viento se me ríe en la cara, en el pelo y en cada poro que se me eriza.
Sin estar, me estás acompañando. Sin ser, terminás siendo mientras yo crea que sos. Y hoy, lo creo.
En lo más alto del techo de la casita del gas.
En lo más profundo de la Galicia rural.

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