domingo, 2 de octubre de 2011

Te vuelvo a tocar sin tocarte, porque simplemente, te vuelvo a extrañar. 
Nada raro, lo sé. Es repentino y evidente, rutinariamente evidente y recurrente. Asquerosamente intermitente y ausente, y permanente. Sos un ente, eso mantenlo siempre presente.
La cuestión es que te vuelvo a encontrar entre mis sueños presábanas arrugadas, entre gemidos y miradas perdidas. Te miro en medio de la oscuridad, y encuentro tus pestañas titilando como luciérnaga delante de mi nariz, diciéndome al oído todo aquello que quiero oír.
Al rato pestañeo, y no te veo más. Te fuiste tal como viniste. Estoy tal como me fui la última vez que te rocé.

No preciso escucharte, aunque si tocarte. Mirarte. Hacerte
Ilógico sería buscarte, para encontrarte.
No deseo encontrarte. Deseo sí. Te deseo.
Mientras estás en mi nube, te esfumo.
Me fumo tu humo y recuerdo.
Será mejor que no te encuentre de día. Porque de noche es cuando más te necesitaría.-
y vuelves una y otra
otra y una
una, dos.
Multi mágicas veces se repiten los sonidos
y seguís abajo
arriba
Al final te pido, te re-vistas, te re-vayas.
no me vuelvas a tocar, te pido, hasta que te vuelva a llamar.
no me vuelvas...
no vuelvas..
no me..
no

Qué carajo es el enamoramiento?

Casi 30 años en esta cosa redonda que gira y gira, haciéndome más vieja, conociéndome más, coleccionando personas, nombres y apellidos con ...