viernes, 2 de marzo de 2018

Tanto tiempo había pasado que he olvidado hasta el formato, los colores, las herramientas... ni qué decir del nombre.
Esto del tiempo, que al parecer es una sucesión de días, sin más, no es tan así como dicen.
Cierras las pestañas y al abrirlas la galaxia ha cambiado por completo
eres otra,
Y el de tu lado también.
Has viajado,
crecido, vivido,
sufrido
te has lamentado,
has amado,
follado
y
fallado,
pero sobre todo has tomado muchas, pero muchas decisiones.

Heme aquí en el sofá de mi casa, disfrutando de un calor artificial liberado por radiadores sumamente potentes (gracias al cielo!) y de las nubes llorando copos de nieve, imagen que puedo disfrutar desde esta perspectiva, y observando a través de la ventana del balcón.
Adoro este rincón de la ciudad, pongamos de nombre temporal "mi casa".Aún no consigo descifrar si es por lo difícil que fue llegar hasta aquí, por lo bonita que es o por lo bien que me siento en ella. Lo mismo da.
LA cuestión es que el tiempo pasó, rápido, podríamos decir, aunque realmente pasó como pasan todos los tiempos, de segundos en segundos y minutos en minutos, de amores en amores y viajes en viajes, de experiencia en esperiencia y de decisiones en decisiones.
Heme aquí con nueva ciudad, nuevo amor, nueva experiencia, nuevos minutos y nuevas decisiones que tomar. Qué paaaaale!

Pero hay que poner primera, y arrancar. Y mandar lo que no gusta a otro lado, y lo que gusta pues.. aferrarse como si no hubiera mañana.

Así que, no solo la gestión del hoy me es un conflicto.. La del mañana, ni te cuento.
Pero mañana, que ya casi llega, estaré en otro lado del mundo. También en el hemisferio norte, pero con unos cuantos grados más, y no por la compañía, sino por los rayos del propio sol
( -De cual de los dos soles me estás hablando?)
(-Del de verdad, chamigo!)
(-El de verdad sustantivo propio?)
(-Mmmm, también. Sí, ese.)
Por que no puede usted llegar a imaginarse la necesidad de rayos de sol que tengo encima del cuerpo.
Es algo físico, epidermico, físico, inexplicable.
Y lo mejor es que cayó del sol (más que del cielo), así como una tormenta repentina en el caribe, como un tornado que te revuelca con su viento y su luz, y su sonrisas calurosas y te deja patas arriba, con el techo calido, la puerta abierta, la sonrisa puesta y los ojos desorbitados. Es el arte electrocutador personificado.
Yó qué sé qué és. No puedo, entiendame, explicarle con palabras lo que viene siendo un sentimiento de este calibre.
Alguna vez, quizás pueda explicarle con hechos todo lo que con palabras desearía expresar, pero tampoco crea que estoy tan segura de llegar a objetivizar todo est. Cuestión de tiempo, señores.

En fin, volver al ruedo es toda una práctica, que he perdido quizás en estos dos años.
Pero al fin y al cabo que es la felicidad si no es sinónimo de libertad?
He sido feliz, lo proclamo.
He vivido, he reido, he viajado, he conocido y desconocido a mucha gente. He perdido y he ganado a muchas otras. Me he dejado coger el alma, la mente, y hasta los sentidos.
Me he vuelto adicta al tacto de su piel, a su olor, a sus ojos, su pelo rebelde, su barba, el bello de su pecho, el olor de su ropa, sus besos por la mañana, su virilidad y su ternura, su carisma juguetón y despreocupado, su inteligencia y su fortuna.. su forma de hace que quiera descubrirlo cada día un centimetro más, armando poco a poco un camino largo, cuyo sin no quiero ver.
Oh sí, heme aquí en el sofá de mi nueva casa, describiendo mi nueva experiencia, extrañando a mi nuevo amor, decidiendo mi nueva vida, planenado mis nuevos viajes, saboreando mi nuevo yo.

Qué carajo es el enamoramiento?

Casi 30 años en esta cosa redonda que gira y gira, haciéndome más vieja, conociéndome más, coleccionando personas, nombres y apellidos con ...