domingo, 7 de febrero de 2010

Quisiera o Quisiese

Si pudiera tener la suficiente determinación de imponerte un hasta luego.
Si supiera abrigarme de mi órgano, prohibiéndole acelerar su bombeo cada vez que leo tu nombre en mi casilla de correo.
Si tan solo pudiera jugar y disfrutarte de esta manera, sin tenerte constantemente vagabundeando mi mundo, volándome las hojas de ejercicios matemáticos para distraer mi atención y haciendo que me desprenda cada diez minutos de la silla.
Si alguna vez seré capaz de olvidar que existió un pasado común, que tatuaste un año feliz y que fuiste parte y causa de mis cicatrices del hoy, todavía me es una incógnita.
Quiero matar la ilusión de volver a tenerte. No quiero sentirte cada noche al costado de mi brazo.
Si aprendiera a valorar el esfuerzo que costó mantenerte a mil kilómetros y en silencio.
Si me viera desde afuera, como lo hago cuando tengo la mente relajada en medio de una piscina con cubitos de hilo, y lograse comprender que una cosa es la razón y otra muy distinta y alejada, es el deseo.
Entender que existen brazos tan o más acogedores que los tuyos, llevó su tiempo, lo sé.. Pero llevará más el desacostumbrarme a volver a quererlos enredándose conmigo.
Y si bien sé que tu mirada era divertida, quisiera volver a apreciarla enfrentada a la mía, acercándote poquito a poco, delicado como siempre fue, con la misma intensidad con que solías colorear los días-ylasnoches (esas que no solían acabar).
Si tal vez pudiera pedirte que no aparezcas más,.
Si supieras que me arde el alma por dentro, y que el intento de contener estas ganas de escupirte a la cara todo lo que se agita adentro mío... Si supieras!...
Cuantas ganas de odiarte, sacar esa bronca acumulada por cada frase y cada actitud -delasmuytuyas-
Quiero con vos, y sin tenerte cerca. Te quiero lejos y callado. Cerca, muy cerca y siempre a mi lado.
Quiero odiarte y quererte solo encima tuyo. Quiero no querer. Poder pedirte que no vuelvas a aparecer, que no me interesas, que mi tiempo no dispone secretarias ante tu nombre y que mi mente se olvidó de tu perfume.



Andáte por Dios...

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