martes, 9 de julio de 2019

El club de los inconformistas incorregibles (entre otros vicios)

Lo que nos pasa a los inconformistas, más allá de la obviedad de no conformarnos con lo primero que encontramos, es que las cosas nos aburren frecuentemente. 
Los inconformistas como nosotros perdemos el interés rápidamente y lo novedoso se nos vuelve cotidiano en un abrir y cerrar de ojos, en tres pares de vacaciones, en dos años de besos repetidos.
Los inconformistas queremos acción renovada y frecuente. Nos encantan las montañas rusas de emociones, los retos y el riesgo (hasta cierto punto, como todo).
Nos gusta probar cosas nuevas pero, sobre todo, no nos conformamos con cualquier cosa.
A los inconformistas nos encanta el cambio continuo (probablemente alguno de nosotros no lo sepas conscientemente pero el patrón de un inconformista es todo lo opuesto a la cotidianidad, lo estático y seguro), pero no nos conformamos con cambiar por cambiar, qué esperanza! Nuestro cambio viene con ‘upgrade’, o no viene. 
No nos atrae la novedad por la novedad misma; nos excita porque es diferente y, en algún [mínimo] aspecto, mejor que lo que ya poseemos, o a lo que ya nos hemos acostumbrado. 
Es duro darse cuenta, y posteriormente reconocer, que uno es un pinche inconformista, por que cuando uno lo asume, está siendo consciente de que los cambios se instalarán en su vida cual necesaria rutina de lavarse los die tes cada mañana. Y pretenderá aspirar constantemente a más... y a mejor. Asume también que irá dejando atrás todo aquello que ya no le reporte novedades, emoción, atractivo poético ni práctico. Asume que, mayoritariamente, conduce su vida sin espejos retrovisores, es decir, que no ha aprendido a mirar [mucho] para atrás a medida que pasan los kilómetros en esta autopista de la vida.
Los inconformistas somos una peligrosa mezcla de mal necesario y caballo salvaje que no se deja domar. Somos animales que no pueden ser amarrados ni dominados. Los inconformistas somos una rara especie en peligro de extinción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Qué carajo es el enamoramiento?

Casi 30 años en esta cosa redonda que gira y gira, haciéndome más vieja, conociéndome más, coleccionando personas, nombres y apellidos con ...