lunes, 4 de enero de 2010

La molesta.

Ella siempre me persigue.
No le importa el motivo, el lugar, la época, ni la hora.
No le importa si estoy acompañada o sola.
Si lluve o hay sol...
¡¡Que le va a importar!!
Si no es por falta de memoria, despiste, descuido, des.. des..; es por sobra de ingesta, por sobra de sedentarismo, falta de movimiento, falta de voluntad, falta de coherencia, sobra de ingenuidad, falta de decisión... Siempre estrá allí.
Fiel amiga.
Maldita.
Cómo quisiera yo cambiarla por...
como quisiera odiarla más y dejarla atrás y seguir, y correr y mirar y está atrás!!
Está atrás.. Y el "yo puedo" de Castagnino..
y las risas que se escuchan a lo lejos, se me ríe a las espaldas la muy brúúúja.
se me rie..
Mientras lloro entre sus brazos, y me saco la culpa, y "aprendo" (eso me dice al oido, eso me dice.. Eso dice él). Y me  abraza.. Y lloro, y se va poquito a poco la culpa..
Se va para inundar a otra persona, para molestar a otro ser.. Siempre fue así, viene, se queda, molesta, incomoda, se va, molesta a otro, hasta qeu se cansa de ése y se va a otro (u otra.., nunca se sabe)
Ahora no queda más que esperar, juntar de nuevo las manos, prometer, juntar, prometer, esperar, esperar, juntar, prometer, y así hasta que sale el sol.
De todos modos, no falta mucho..

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